Los piezas fabricadas a partir de un monocristal son más resistentes a la termofluencia a temperaturas elevadas que las mismas piezas fabricados en estructura de granos equiaxiales o en estructuras de granos columnares, dado que a elevadas temperaturas, por encima de aproximadamente la mitad de la temperatura absoluta de fusión de un metal, los límites de grano se hacen más débiles que el centro de los granos.