Las paredes de un horno deben satisfacer básicamente las siguientes solicitaciones:
•Un revestimiento refractario-aislante que disminuye las pérdidas de calor a través de las paredes de los hornos, contribuyendo de ese modo al ahorro energético, debido a un menor consumo de calor.
•Una estructura que aguante el peso del metal y los esfuerzos mecánicos que de ello se deriva.
•Materiales que no reacciones químicamente con los compuestos que estarán dentro del horno para evitar el deterior físico-químico. Un refractario ácido no podrá utilizarse si hay presentes escorias básicas y viceversa.
Por tanto, las propiedades aislantes, junto con la alta resistencia al calor y al desgaste de muchos materiales cerámicos, los vuelve útiles en revestimientos de hornos para tratamientos térmicos y fusión de metales como el acero.