•Naturaleza química: El comportamiento de una cerámica refractaria depende en gran medida de su composición y del medio con el que va a estar en contacto. Sobre esta base, existen varias clasificaciones: refractarios ácidos (SiO2/SiO3), refractarios neutros (Al2O3/Cr2O3), refractarios básicos (OCa/MgO/ZrO2).
•Refractariedad: Indica la temperatura a la que el material puede se expuesto siendo el límite la temperatura de fusión del refractario empleado. Por lo general los refractarios ácidos tienen menor temperatura de fusión que los refractarios básicos.
•Porosidad: Son volúmenes vacíos que se generan por la evaporación del agua durante la consolidación del material a temperaturas superiores a la ebullición. Al reducir la porosidad, la resistencia mecánica y la resistencia al ataque corrosivo de otros materiales aumentan. Al mismo tiempo, las características de aislamiento térmico y de resistencia al choque térmico disminuyen. Desde luego, la porosidad óptima depende de las condiciones de servicio.
•Resistencia al descacaramiento: Cuando el material trabaja a distintas temperaturas se puede desgranar como consecuencia de los fenómenos físicos de contracción y dilatación.
