Las cerámicas abrasivas son utilizadas para desgastar, desbastar o cortar otros materiales, los cuales son necesariamente más blandos. Por consiguiente, el primer requisito de este grupo de materiales es su dureza o resistencia al desgaste; también, es necesario un alto grado de tenacidad para que las partículas de abrasivo no se fracturen fácilmente. Además, las fuerzas abrasivas de fricción pueden producir temperaturas elevadas, de manera que es deseable que tengan cierta refractividad.
Las cerámicas abrasivas más comunes son el carburo de silicio, el carburo de tungsteno, el óxido de aluminio y la arena de sílice.
